Google supo mantener una suerte de romanticismo contestatario en la red. En el post anterior yo preguntaba qué es Google. Y hubo una respuesta que me llamó la atención, la que escribió Vanesa de DEAKIALLI docu MENTAL que dice:
Desde un punto de vista más "filosófico" se podría decir que Google es un amigo/ colega/ídolo... porque pocas empresas, y recordemos que lo es, tienen clubs de fans, estudiosos, interesados y dedicados en exclusiva a sus novedades. Pocas empresas "caen bien", como cae Google. Por eso también es un modo de vida, un símbolo.
Y Vanesa tiene mucha razón, Google es un símbolo. Un símbolo de la web que le está ganando a un sistema que pensó que valía todo para ganar dinero. Y luego resultó que no, que valían muchas cosas, pero siempre y cuando se respetase al usuario, y se apostara a la innovación. Eso fue lo que nos enseño Google (junto con un par de empresas más).
Sin embargo había otra cosa de Google que nos llamaba la atención a todos, y era que por el momento no había entrado en bolsa. El famoso IPO que tanto se escuchó en la web de los espejos de colores durante los últimos años no llegaba para la gente de las bolas de colores.
Eso me generó bastante intriga, tanta que consulté con un economista que trabaja conmigo: - ¿Por qué una empresa estadounidense exitosa puede no querer salir a la bolsa?, le pregunté. Me explicó que muchas veces las empresas no salen a la bolsa porque a los dueños les divierte lo que están haciendo y prefieren seguir así antes que perder el control de la empresa. Prefieren el placer de experimentar y dirigir sus destinos sin presiones a los millones de dólares en efectivo y las posibilidades de crecimiento que implicaría una salida a bolsa. Evidentemente una postura admirable de parte de los fundadores de Google.
Pero la resistencia duró poco. Ya todos hablan de la salida de Google a la bolsa. Los principales diarios económicos del mundo ya lo reflejan.
En principio se dijo que se realizaría una oferta pública de acciones por internet abierta a todo el mundo. Eso suena democrático, porque todos podríamos tener un poco de Google. Pero lo cierto es que cualquiera que estuviese decidido a pagar cualquier precio por ellas, se podría alzar con todas las acciones de la compañía si ejerciera la presión correctamente.
Y quién sería esa persona sino el hombre más rico del mundo, Bill Gates, que aún no ha podido consolidar su modelo de negocios online de la misma manera que con su software, comprando ideas exitosas.
El rumor de Microsoft comprando a Google, que había anticipado snit (siempre quise decir esa frase) a principios de julio, ya llegó a las páginas del New York Times. Hoy Google sigue siendo un símbolo para Vanesa y para muchos de nosotros. Mañana, no sabemos.
Desde un punto de vista más "filosófico" se podría decir que Google es un amigo/ colega/ídolo... porque pocas empresas, y recordemos que lo es, tienen clubs de fans, estudiosos, interesados y dedicados en exclusiva a sus novedades. Pocas empresas "caen bien", como cae Google. Por eso también es un modo de vida, un símbolo.
Y Vanesa tiene mucha razón, Google es un símbolo. Un símbolo de la web que le está ganando a un sistema que pensó que valía todo para ganar dinero. Y luego resultó que no, que valían muchas cosas, pero siempre y cuando se respetase al usuario, y se apostara a la innovación. Eso fue lo que nos enseño Google (junto con un par de empresas más).
Sin embargo había otra cosa de Google que nos llamaba la atención a todos, y era que por el momento no había entrado en bolsa. El famoso IPO que tanto se escuchó en la web de los espejos de colores durante los últimos años no llegaba para la gente de las bolas de colores.
Eso me generó bastante intriga, tanta que consulté con un economista que trabaja conmigo: - ¿Por qué una empresa estadounidense exitosa puede no querer salir a la bolsa?, le pregunté. Me explicó que muchas veces las empresas no salen a la bolsa porque a los dueños les divierte lo que están haciendo y prefieren seguir así antes que perder el control de la empresa. Prefieren el placer de experimentar y dirigir sus destinos sin presiones a los millones de dólares en efectivo y las posibilidades de crecimiento que implicaría una salida a bolsa. Evidentemente una postura admirable de parte de los fundadores de Google.
Pero la resistencia duró poco. Ya todos hablan de la salida de Google a la bolsa. Los principales diarios económicos del mundo ya lo reflejan.
En principio se dijo que se realizaría una oferta pública de acciones por internet abierta a todo el mundo. Eso suena democrático, porque todos podríamos tener un poco de Google. Pero lo cierto es que cualquiera que estuviese decidido a pagar cualquier precio por ellas, se podría alzar con todas las acciones de la compañía si ejerciera la presión correctamente.
Y quién sería esa persona sino el hombre más rico del mundo, Bill Gates, que aún no ha podido consolidar su modelo de negocios online de la misma manera que con su software, comprando ideas exitosas.
El rumor de Microsoft comprando a Google, que había anticipado snit (siempre quise decir esa frase) a principios de julio, ya llegó a las páginas del New York Times. Hoy Google sigue siendo un símbolo para Vanesa y para muchos de nosotros. Mañana, no sabemos.
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